jueves, 4 de noviembre de 2010

El Partenón de Atenas



Atenas... el primer deseo subir la pequeña colina de piedra y maravillarnos con los restos arqueológicos de la Acrópolis (468-430 a.C.).


La diosa Atenea ganó un combate al dios Poseidón y tomo posesión de este lugar, el cual fue lugar sagrado y fortificado de difícil conquista.

"Acrópolis" significa "Ciudad alta", tras un muy ameno y palpitante ascenso se llega a la cima donde encontramos lo que estábamos esperando: lo que queda del Partenón (477-432 a.C.). Aunque estructuralmente era un tempo correcto pero no excepcional (las columnas debían ser muchas y muy juntas para sostener el techo cuyos móculos de piedra tenían limitaciones longitudinales evidentes).


Sin embargo las proporciones del edificio han elevado estos restos al mito de la estética arquitectónica. Si bien se cita a menudo la proporción áurea 1,618... en la fachada, es difícil determinar si realmente el diseño buscaba esta proporción o se trata de una que se aproxima a este valor. El que el Partenón albergara la estatua de Palas Atenea hecha por Fidias, el cual usaba la proporción del número de oro (simbolizado hoy con la ltrea griega "fi" en honor a Fidias) quizás contribuyó al mito áureo del Partenón.


Además del Partenón, nos maravillamos en la Acrópolis con el templo de Erectión, esencia del estilo jóonico, con sus cariátides que son columnas. La esbeltez del templo de Atenea Niké y los Propileos, no dejan de ser destacables.





Los criterios griegos para no hacer una restauración más contundente en la Acrópolis han sido desde hace años motivo de debate.

¡Y pensar que los turcos usaron estos monumentos como polvorines!

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