La familia Güelll tuvo la visionaria idea de crear una urbanización donde las diferentes casas a construir es
tarían integradas en medio de un parque natural, disponiendo de espacios para pasear, jugar, acoger un mercado, etc. Y confiaron al genial Antoni Gaudí el diseño de este proyecto. Había nacido el Park Güell, que como urbanización fue un fracaso pero como legado nos dejó uno de los parques públicos más originales del mundo. En uno de los pocos edificios construídos en el interior del parque, vivió el propio Gaudí durante muchos años. Gaudí potencia la naturaleza del lugar y el disfrute de la misma optando por crear sólo dos núcleos espectaculares como son la entrada de la calle Olot y la plaza elevada central. En el resto del proyecto se limita a ordenar bien los caminos o crear algunos nuevos usando los propios materiales del lugar (piedras). La genialidad es que Gaudí con piedras y cemento crea Columnas inclinadas que crean pórticos y sostienen sus nuevos caminos elevados.
Para sostener la plaza central Gaudí diseña 86 grandes columnas (algunas inclinadas), todas evocando el estilo griego para complacer al Conde Güell. Las columnas determinan una cuadrícula y con elementos prefabricados forma cuadrados sobre los que sitúa casquetes esféricos invertidos. Luego la arena compacta lo cubre todo y nace la plaza. Algunas columnas tienen en su centro tuberías que transportan la lluvia filtrada al espacio inferior del comunario donde hay escondida una gran piscina. El agua se puede aprovechar para regar los jardines adyacentes y una parte circula hacia abajo por el eje central de la escalinata a través de diversos elementos. Y aquí el maravillosísimo dragón formado de trocitos de cerámica de colores (una salamandra del parque hecha a gran escala) pasa a ser una gárgola de agua al salir por su boca uno de los tubos que la recibe de reserva.
Alrededor de la plaza se sitúa el famoso banco sinuosos cuya convexidad-concavidad logra con una sola pieza prefabricada de hormigón armado, al poder colocar dicha pieza tanto en un sentido como en otro. Para completar el recorrido de semicircunferencias que forman la base y el respaldo del banco, Gaudí añade unas formas sinuosas que funde con el bando a través del "trencadís" de cerámica.
En la entrada inferior de la calle Olot sitúa frisos y mosaicos hexagonales de "trencadís", un muro y los dos edificios de acceso para porteros y servicios que culmina con espectaculares superficies geométricas.





